Aleta adiposa

Durante muchos años esta aleta ha sido considerada como un vestigio de otra aleta más grande de la era del Mesozoico y de hecho se pensaba que sólo estaba formada por grasa y que no tenía ninguna función.

Debido a esta creencia, en Europa y en Norteamérica para distinguir a los salmones salvajes de los criados en cautividad, se extendió la costumbre de quitarles la aleta adiposa a estos últimos, pero el comportamiento extraño de los criados en cautividad hizo que un investigador canadiense, el Dr. Reimchen quisiera averiguar la utilidad de esta aleta: si realmente no servía para nada, ¿por qué no había desaparecido a lo largo de 65 millones de años de evolución?


Antes de entrar en materia sobre su utilidad, vamos a identificar de qué aleta estamos hablando:


¿Dónde se localiza?
La aleta adiposa se encuentra entre la aleta dorsal y la caudal.

¿Qué tipo de aleta es?
Es un tipo de aleta impar formada únicamente por tejido adiposo es decir grasa, por lo que no tiene ni radios ni espinas.

Aleta adiposa en neón



¿La tienen todos los peces?
No. La aleta adiposa es una aleta que tienen sólo algunas familias de peces. Entre los órdenes de peces más comercializados en acuariofilia de agua dulce que tienen esta aleta, se encuentran los carácidos y los siluros.







Y ahora ya sí, la gran pregunta: ¿para qué sirve?
Según el  estudio realizado en 2004 de T.E. Reimchen1 y N.F. Temple de la Universidad de Victoria en Canadá  sirve para controlar las turbulencias de las corrientes del agua, para estabilizar el nado y para detectar corrientes.

Este estudio se realizó en truchas arcoiris y consistía en grabar en una cámara de flujo construida con plexiglass la forma de nadar de estos peces. Lo primero que hicieron fue identificar a cada pez por las marcas que les distinguían.

Aquí hago un inciso en la descripción del estudio para añadir que al igual todas las cebras tienen las rayas diferentes, con los peces ocurre lo mismo y cada uno tiene unas marcas características que le diferencian de otro de su misma especie. Desde luego, les tuvo que costar a los investigadores mirar, pez por pez, qué marca o marcas eran diferentes y contar los puntos de la piel de cada trucha. ¡Vaya trabajo! ;-)

Para hacer el ensayo, con una videocámara  grabaron nadando a cada uno de los peces seleccionados para el estudio durante un minuto. Luego anestesiaron a algunos peces y les quitaron la aleta adiposa, a otros cuantos les hicieron una herida en la aleta y otros mantuvieron la aleta intacta.

Dos días y medio más tarde, los peces anestesiados ya estaban totalmente recuperados así que volvieron a grabarles nadando. Para asegurarse de que el análisis del estudio no estuviera influenciado, lo hicieron "ciego" para los investigadores es decir, la grabación de los peces se hizo de tal forma que no se viera si los peces tenían la aleta adiposa entera, dañada o simplemente no la tenían.

Para evaluar la natación, se analizó el número de veces que batían la cola, la amplitud del aleteo caudal y la posición en la corriente de agua.

La conclusión del estudio fue que así como en los peces muy pequeños (< 7 cm) o muy grandes (> 12 cm) no se observaron variaciones concluyentes entre los que tenían la aleta, los que no la tenían y los que la tenían dañada, en los peces de mediano tamaño (7-12 cm) sí que hubo mejoras significativas entre los que la tenían en perfectas condiciones: la presencia de la aleta adiposa sugería una mejora en el rendimiento de la natación en los rangos de velocidad de nado utilizados en los experimentos.

Aleta adiposa en coridora sterbae
Sin embargo, los investigadores no pudieron identificar el mecanismo proximal que hacía aumentar la amplitud del aleteo en los peces que no tenían la aleta adiposa (lo que significa que el pez tenía que esforzarse más para nadar) . Si todo ésto fuera así, significaría que la eliminación de la aleta adiposa daría lugar a una reducción en el control de las turbulencias del agua que a su vez reducen el impulso y la velocidad de la natación. El aumento de la amplitud caudal obligaría a una respuesta compensatoria para aumentar el impulso y mantener la posición en la corriente. En base a ésto, empezaron a sospechar que la aleta también funcionaba como un sensor de flujo precaudal que permite ajustes en el movimiento de la aleta caudal en aguas turbulentas. Si es así, los efectos de la eliminación de la aleta provocarían un aumento de la amplitud caudal para generar el impulso adicional requerido para mantener la posición del pez en la corriente.


El dimorfismo sexual en los salmones es muy evidente por su aleta adiposa, los machos tienen una aleta más grande que las hembras, hecho que se acentúa aún más durante la reproducción, y las hembras tienden a reproducirse con los machos con la aleta más desarrollada. Puede ser también uno de los motivos por los que la aleta adiposa no ha desaparecido a lo largo de los años.

En cualquier caso, el autor del estudio en su conclusión final hace un llamamiento para que se deje de cortar las aletas adiposas en las piscifactorías de Europa y América del Norte ya que se ha demostrado que tiene consecuencias importantes para estos peces.

Este estudio quedó limitado a la funcionalidad de la aleta caudal en la natación de los peces que viven en corrientes de aguas pero el mismo autor del estudio cree que tiene capacidades sensoriales y ya está dirigiendo sus investigaciones a intentar descubrir cuáles son.

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